domingo, 27 de enero de 2008

la rosa y el sapo

Hoy Ana me invitó a ir a una reunión de los campos de trabajo, al principio dudé muchisimo si ir por varias razones que no vienen al caso, pero ahora creo que ...nose si un impulso o fue Dios jajaja o nose lo que fue lo que me hizo ir pero seguro que no una casualidad, en fin hicimos unos ejercicios de relajación que puff..no sabeis como me han venido, ultimamente estoy super extresada, y he tenido incluso consecuencias físicas del estrés, y bueno también he pasado una de las peores semanas de mi vida y eso sumado al estrés pos..staba muy mal, y hacer esos ejercicos de relajación relacionandolos con como nos sentímos y eso pues sin ni siquiera hablar me ha servido para verlo todo de otra forma para relajarme para verme animada en fin..para darle gracias a Dios ! y luego en la oracion final que hemos hecho hemos leido este cuento y cada uno lo ha llevado a su vida desde un personaje u otro y a mi pues este cuento también me ha venido muy bien, vamos casi lloro jeje asi que he decidido compartirlo aquí porque seguro que hay gente a la que le hace falta. un beso y que lo disfrutéis tanto como yo.bye!

cuento:
Había una vez una rosa roja muy hermosa y bella. Que maravilla al saber que era la rosa mas bella del jardín. Sin embargo, se daba cuenta de que la gente la veía de lejos.
Un día se dio cuenta de que al lado de ella siempre había un sapo grande y oscuro y que era por eso que nadie se acercaba a verla de cerca. Indignada ante lo descubierto le ordeno al sapo que se fuera de inmediato; el sapo muy obediente dijo: Esta bien, si así lo quieres. Poco tiempo después el sapo paso por donde estaba la rosa y se sorprendió al ver la rosa totalmente marchita, sin hojas y sin pétalos. Le dijo entonces: Vaya que te ves muy mal. ¿Que te paso? La rosa contesto Es que desde que te fuiste las hormigas me han comido día a día, y nunca pude volver a ser igual. El sapo solo contesto, Pues claro, cuando yo estaba aquí me comía a esas hormigas y por eso siempre eras la mas bella del jardín.


Moraleja:
Muchas veces despreciamos a los demás por creer que somos mas que ellos, mas bellos o simplemente que no nos "sirven" para nada.. Dios no hace a nadie para que este sobrando en este mundo, todos tenemos algo especial que hacer, algo que aprender de los demás o algo que enseñar, y nadie debe despreciar a nadie. No vaya a ser que esa persona nos haga un bien del cual ni siquiera estemos conscientes.

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